martes, 13 de septiembre de 2011

A MIS NIÑAS

Entre rejas
Entre muros
Viendo escapar el humo de mil cigarrillos
Ahogando el llanto de sus hijos tras el pito de silencio
Presas de sus culpas, de sus miedos, de la injusticia y de la “justicia”

Esperando el momento de un encuentro cualquiera
Con cualquiera de sus hombres o sus mujeres
El contacto que las saque del tedio
La mano, el abrazo, el beso
Algo a lo que puedan aferrarse hasta el próximo sábado
Hasta el lejano domingo
Hasta ese último domingo del mes que parece no llegar

Están allí donde no las ves
Porque tus ojos se cierran ante su dolor
Porque te crees superior a su quebranto
Porque nunca te has visto en el filo del hambre, de la necesidad, del sinsentido

Y allí estarán día tras día
Haciéndose visibles desde la desesperanza
Alimentando sus sueños
Creciendo unas al lado de otras
Entre la tristeza, entre las lágrimas, entre las sonrisas, entre las palabras

A ellas va el canto y la esperanza que no da espera
A ellas esta lucha diaria que me agota y me fortalece
A las que están, a las que se fueron, a las que vendrán

Y por ellas un brindis:
Con un tinto, un jugo o un vaso de bienestarina
De esos que tan alegremente me ofrecen cada vez que nos vemos
Brindo por su salud
Por su integridad
Por su dignidad de mujeres guerreras
Que, sin duda alguna, volverán a cantar.


Tatiana Abdallah Camacho
Directora Fundación Alas Nuevas

1 comentario:

  1. Humo que siempre extiende los brazos
    de sueños enrejados,
    para ofrendar sonrisas
    a prisioneros deambulantes,
    transeúntes condenados a no ver,
    a no sentir lo otro a su lado;

    Equivando el vigoroso son
    lanzado por un cigarro
    van espantándose de sus sombras,
    callando, repitiendo,
    haciendo ecos,
    creyéndose libres,
    despreciando vidas
    allende los muros.

    Sin notar los mares
    que diariamente navegan las palabras
    del silencio,
    de otras sombras,
    de otros ecos,
    sobre sus límpidas cabezas.
    sin notar las alas que se obsequian
    para que ya no teman volar.

    Así avanza el indiferente,
    eludiendo el encuentro con las sonrisas
    hiladas desde adentro
    con un fósforo y un poco de tabaco...
    temiendo volar

    Saludos fraternos a tus niñas.

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